Friday, September 16, 2011

De como me libré de un escándalo político en Río de Janeiro

De como me libré de un escándalo político en Río de Janeiro

Julio Severo
En 2006 llegué a Río de Janeiro con mi familia sin recursos y bajo persecución. Sobre mí estaba el llamado para denunciar la agenda gay, un llamado ya consolidado desde la publicación de mi libro El Movimiento Homosexual en 1998 por la Editorial Betania .
Tener un llamado en cualquier sentido contrario a la agenda gay es un riesgo. Pude ver con mucha tristeza, el MOSES extinguirse debido a las presiones, persecuciones e injusticias sufridas. El MOSES (Movimiento por la Sana Sexualidad) una organización fundada por mi amigo João Luiz Santolin, estaba destinado a ofrecer esperanza a los homosexuales.
A los medios de comunicación nunca les interesó hacer una cobertura positiva de esta importante organización evangélica. Sin embargo, cuando uno de los líderes de MOSES se desvió del Evangelio regresando al homosexualismo, la revista Época, de la Globo, de inmediato se interesó y cayó como una fiera sobre la presa. El MOSES, de la noche a la mañana, se convirtió en víctima de infamia y difamación.
He aquí la moraleja: Cualquier mínimo problema es razón suficiente para que los medios de comunicación izquierdistas masacren a las personas que se identifican de alguna manera con los valores conservadores. Normalmente, si un médico no puede curar uno o dos pacientes, no le hacen un linchamiento mediático, porque también hay pacientes que se curaron. Del mismo modo, cuando un joven drogadicto cae después de un período de estancia en una clínica de rehabilitación, los medios de comunicación no atacan a la clínica, "noticiando" que el tratamiento contra las drogas es inútil.
Las personas pueden alejarse de cualquier cosa: de sus votos matrimoniales, de sus contratos, de sus empresas, de sus grupos, e incluso, de su barbero, sin provocar la indignación de la prensa.
Pero cuando un hombre que se convirtió en un cristiano, vuelve al pecado homosexual, los medios izquierdistas no perdonan a los cristianos, acusándolos de proclamar una esperanza innecesaria para un problema que para ellos no existe. Por lo tanto, una mínima desviación es suficiente para que los medios de comunicación izquierdistas exacerben o hasta mismo inventen un escándalo contra los cristianos.
Esto casi fue mi caso en Río de Janeiro. Al conocer de mis dificultades, un prominente político evangélico se ofreció a darme una “ayuda”. La propuesta era simple: yo matricularía mis hijos en la escuela y recibiría por cada uno de ellos  una “ayuda financiera” de parte de dicho político.
Era una tentación, puesto que mi familia necesitaba ayuda; sufrí muchas humillaciones en Rio. Aunque todos  decían que mi trabajo era muy importante, pocos estaban dispuestos a colaborar. Sin embargo, me mantuve fiel a mi convicción de que el mejor lugar para criar a los niños es el hogar. Entonces, le respondí al político que yo nunca matricularía a mis hijos en una escuela, porque soy partidario del homeschooling (educación en el hogar). Pero él me tranquilizó diciendo que la matrícula sería una mera formalidad, y que yo nunca tendría que llevar mis hijos a la escuela. Dejó en claro que sólo quería "ayudarme".
Mas no me sentí en paz con aquella propuesta, por más generosa e inocente que parecía, por lo que la rechacé.
Poco después, este político ocupó los titulares de la prensa con varios escándalos, incluyendo el de un sistema donde él sacaba dinero con la “matrícula” de otros niños en la escuela.
Según la prensa, la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro (Alerj) asigna, aproximadamente, un salario mínimo para cada dependiente de sus funcionarios que se encuentre estudiando. Es el llamado auxilio-educación. A un mayor número de hijos matriculados, mayor es el número de auxilios-educación recibidos.
Varios diputados descubrieron que ese dinero podría ser desviado a sus bolsillos, en un escándalo que terminó por llamarse “bolsa-fraude”, lo que resultó en una pérdida de más de R$ 3 millones de las arcas del Estado de Río
El político que quería “ayudarme” no obtuvo a mi familia, pero se las arregló para conseguir muchas otras, con un total de decenas de dependientes recibiendo cada uno alrededor de un salario mínimo, en un total de R$ 31 mil reales al mes.
El “buen” político evangélico hacía matrículas generalmente fantasmas, sacando un gran premio a expensas de las familias que habían entrado en su sistema.
Por lo tanto, no he perdido nada al rechazar su ofrecimiento. Dios usó a otras personas, que sin necesidad de que yo participara en sistemas de corrupción, han sido para mí verdaderos ángeles de socorro en Río de janeiro. Y recibí otras bendiciones y exenciones por haber rechazado la “ayuda” del político evangélico. Recientemente, el propietario del tabloide sensacionalista Genizah utilizó su sitio web Observador Cristiano para maquinar con sus secuaces varias acusaciones en mi contra, basados en la suposición de que mis hijos habrían estudiado en una escuela de Niteroi .
Estoy seguro de que si hubiera matriculado, aunque sólo fuera por inocente simbolismo y necesidad, a mis hijos en la escuela para recibir dinero de un sistema político del que yo no tenía la menor idea, mis detractores estarían hoy cantando victoria y diciendo: “Tenemos pruebas concretas de que Julio Severo matriculó a sus hijos!” Del mismo modo, los medios de comunicación izquierdistas no me perdonarían, publicando en sus titulares los nombres de mis hijos, si yo los hubiera matriculado en el sistema del pastor-evangélico-político.
Sin embargo, Dios en su gracia me ha protegido de maldades y ataques de una prensa izquierdista, secular y evangélica, que haría uso de cualquier recurso para destruir mi llamado. Además, aprendí mucho con mi estancia en Río de Janeiro .
En cuanto al político evangélico, así como Lula, está logrando sobrevivir a sus escándalos políticos. En un Brasil inmerso en la corrupción, un político corrupto, ya sea evangélico o ateo, nada a sus anchas en un mar de barro y suciedad. Con Lula como ejemplo y campeón de “natación” en Brasil, toda suciedad es posible para cualquier político ambicioso.
En mi caso, creo que todas las cosas son posibles para Dios y que todo es posible para aquellos que tienen fe. Es por esta razón que, al optar por la educación en el hogar (homeschooling), nado contra la avasalladora corriente del estatismo que exige el control total de los niños y su educación, corriendo riesgos con un Estado que es un monstruo para las inocentes familias que imparten a sus hijos educación en el hogar; pero que ha sido gentil y bondadoso con Cesare Battisti, terrorista comunista, condenado por cuatro asesinatos en Italia.
La prensa izquierdista secular o evangélica ya sabe que educo a mis hijos en el hogar –práctica ilegal y “criminal” en Brasil. Por lo tanto, para mis enemigos y para las leyes fabricadas por las mentes izquierdistas y criminales,  técnicamente soy un “criminal”.
Pero, ya sea frente a leyes injustas o frente a políticos o sitios evangélicos amantes de la iniquidad y de la mentira, para mí es más importante obedecer a Dios antes que a los hombres.
Por lo que no me postro ante el Estado cuando quiere a mis hijos en su altar, y no consiento con los políticos evangélicos que viven de este altar.
Traducido de portugués para español por Maria Valarini.

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