Friday, August 7, 2015

Hillsong, homosexualismo, chismes en la Internet y claridad espiritual


Hillsong, homosexualismo, chismes en la Internet y claridad espiritual

Michael Brown
Hay mucho que podemos aprender de las acusaciones que se han extendido como pólvora durante esta semana en la Internet. Las acusaciones afirmaban que Carl Lentz, pastor de la Iglesia Hillsong en la ciudad de Nueva York, había permitido a una pareja abiertamente gay participar y ayudar a dirigir un coro de su iglesia.
El sábado se publicó una noticia, y al día siguiente, adonde quiera que yo iba, la gente se preguntaba: "¿Es esto cierto?" (El personal de mi ministerio enseguida se puso en contacto con los líderes de la Iglesia Hillsong de Nueva York pidiendo una aclaración.)
Otros, sin esperar la confirmación de la noticia, creyeron lo peor y se partieron al ataque, no sólo maldiciendo la Iglesia Hillsong en la ciudad de Nueva York, sino también al ministerio Hillsong en todo el mundo.
El miércoles, Brian Houston, líder de Hillsong y el pastor Carl Lentz, dieron dos declaraciones.
En la primera declaración, dijo que Hillsong es fiel a la clara enseñanza de la Biblia sobre el tema de la homosexualidad y que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer, también indica que a pesar que los gays son amados y bienvenidos en su iglesia, homosexuales practicantes no pueden participar en cualquier posición de liderazgo del ministerio.
En la segunda declaración, negó categóricamente los rumores de Internet, diciendo que la iglesia estaba completamente sorprendida cuando se enteró que esta pareja estaba en una relación homosexual y que hasta donde él sabía, no estaban involucrados en cualquier posición de ministerio o liderazgo en la iglesia. Luego reafirmó su amor por ellos y declaró que, al igual que el resto de nosotros, ellos están en la jornada.
El Pr. Lentz confirmó ambas declaraciones en Twitter, y de inmediato me envió de la forma más amplia posible su gratitud al Pr. Houston por abordar estos dos temas públicamente.
Pero hay dos lecciones obvias para aprender de lo ocurrido esta semana.
En primer lugar, como cristianos somos a menudo demasiado rápidos para creer y repetir un rumor en lugar de esperar por lo mejor y aguardar hasta que se presente la evidencia. ¿Por qué somos tan rápidos para atacar y culpar, especialmente cuando ni siquiera sabemos si los casos contados son verdaderos? ¿Es esto una demostración de amor?
¿Cómo nos sentiríamos si hicieran lo mismo con nosotros - con nuestras familias, con nuestros congregaciones, con nuestra reputación - y la gente no se da cuenta de que la noticia es una mentira contra nosotros? ¡Este tipo de rumor puede tergiversar los pensamientos de la gente durante años y años!
Con la velocidad que las cosas vuelan hoy en el mundo por internet, y la dificultad de deshacer algo que se hizo, será mejor asegurarnos de que nuestros hechos están en orden y nuestras actitudes son justas  antes de hacer una declaración pública o compartir nuestro punto de vista (si realmente existe una necesidad de hacer las dos cosas).
Muchas veces he sentido el peso de abordar las cuestiones por escrito o en mi programa de radio, y siempre me esfuerzo para obtener todos los hechos, también tratando de hacer contacto en particular, siempre que sea posible antes de tratar con las cosas públicamente.
Pero a principios de este año tuve que pedir disculpas públicamente a un líder nacional por apoyarme en un artículo en el que había agrupado sus citas como si fueran del mismo mensaje, dando una impresión engañosa (aunque las citas eran reales y la preocupación era genuina).
Por lo tanto, lo que escribo aquí es para mí mismo y para los demás. Vamos a asegurarnos de que tenemos las cosas claras antes de llegar a ninguna conclusión.
La segunda lección es que es esencial que los líderes cristianos hablen claramente sobre las polémicas cuestiones doctrinales y morales de la época. Es posible (y esencial) tener tanta compasión como claridad.
En las palabras de Pablo (en un contexto muy diferente): “Aun las cosas inanimadas, como la flauta o el arpa, al producir un sonido, si no dan con distinción los sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca en la flauta o en el arpa? Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, a menos de que con la boca[a]pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís? Pues hablaréis al aire.” (1 Corintios 14:7-9 La Biblia de las Américas [LBLA])
Recientemente escuché una entrevista de cinco minutos con uno de los más famosos pastores estadounidenses en la que fue presionado suavemente para expresar la claridad acerca de sus puntos de vista sobre la homosexualidad y la iglesia, y sus respuestas no podrían haber sido más nebulosas.
Y eso es parte del problema con las acusaciones contra la iglesia Hillsong de Nueva York: el Pr. Lentz había descuidado en su responsabilidad de hablar con claridad sobre este tema al menos dos veces en el pasado año, tanto en una red la televisión y a sitio de noticias de izquierda Huffington Post.
De hecho, cuando vi la entrevista en The Huffington Post, tratando de interpretarla de la mejor manera y animando al Pr. Lentz, me dije a mí mismo: "Si yo fuera el entrevistador, ciertamente creería que los homosexuales serían bienvenidos sin restricciones a ejercer ministerios en su Iglesia".
Es por eso que me comuniqué con Pr. Lentz el año pasado también, para ofrecer ayuda, no condenación, creyendo que Dios lo está usando para llegar a los neoyorquinos con la Buena Nueva del Evangelio.
La pregunta es: ¿Por qué no podemos ser claros desde el principio? ¿Por qué decir cosas que eviten respuestas directas en vez de respuestas que conducen a la confusión?
Entiendo perfectamente la necesidad de no dejarse caer en las trampas de los medios de comunicación seculares - he estado en la línea de fuego suficientes veces para saber la sensación - y alabar a los líderes cristianos que dicen lo que sienten es importante en vez de concordar con la agenda de un entrevistador hostil.
Sin embargo, hay que decir la verdad con sabiduría y amor. A lo largo de la Biblia, la reprensión honesta y franca es vista como un signo de amor.
Infelizmente, las preguntas justas se están realizando con respecto a la primera declaración hecha por Pr Houston el miércoles, donde dijo. "Si eres gay, ¿eres bienvenido a Hillsong? ¡Por supuesto que sí! Le invitamos a venir para adorar con nosotros y participar como miembro de la congregación con la certeza de que usted será personalmente incluido y aceptado en nuestra comunidad. Pero (y aquí es donde todo se complica), si usted quiere saber si puede tener una posición de liderazgo activo, la respuesta es NO."
¿Qué significa esto exactamente? ¿Está hablando de alguien que tiene la atracción homosexual, pero rechaza estas atracciones y está viviendo una vida santa delante del Señor? ¿O está hablando de un homosexual practicante? Si este es el caso, ¿sobre qué base que él o ella pueden participar como un miembro de la congregación con la certeza de que usted está personalmente incluido y aceptado en nuestra comunidad?
El Pr. Houston podría decir lo mismo acerca de una pareja que vive juntos fuera del matrimonio. Diría lo mismo de un alcohólico que no quiere arrepentirse. Si este es el caso, ¿qué pasa con la clara enseñanza de Pablo en 1 Corintios 5 sobre el tratamiento de personas que dicen que son cristianos pero no quieren arrepentirse?
Yo estoy animando al Pastor Houston y al Pastor Lentz, orando para que revelen a Jesús aún más en Australia y en Nueva York y entre todas las naciones, y al igual que millones de otros, he sido bendecido personalmente por las muchas maravillosas canciones de alabanza de Hillsong.
Por eso insto a mis hermanos y colegas para hablar con una voz clara y bíblica, no sólo en los ambientes de la iglesia, sino también en los medios de comunicación seculares.
Tenemos que ser la sal de la tierra y la luz del mundo — o, como el Dr. Martin Luther King Jr. dijo una vez, ser la "conciencia moral" de la sociedad — no podemos perder nuestra calidad de sal y tenemos que brillar con intensidad y mucha confianza, en nuestras actitudes y palabras.
El mismo mundo que nos odia, realmente depende de nosotros.
Traducido de portugués para español por Jorge Trimboli