Wednesday, August 11, 2010

El peligro de la gracia sin la verdad

El peligro de la gracia sin la verdad

Andy Comiskey
El orador, Brennan Manning, causó impresión. Yo había leído sus libros sobre la gracia y la cura, y estuve en las reuniones de él que mi iglesia había patrocinado. Sin embargo, comenzaba a sentirme incómodo. Pensé: “¡Cuánto énfasis en el amor!” Pero ¿qué pasa con el mensaje claro animándonos a dejar las cosas de niño y tomar posesión de los aspectos mayores y más verdaderos de nuestra identidad en Cristo? Estoy totalmente de acuerdo en que Dios nos abraza en nuestra debilidad. Pero, ¿en nuestra maldad también? Estaba pensando en la manera como él abordaba la cuestión de la pureza sexual, especialmente la homosexualidad...
Me reuní con Manning para un almuerzo para abordar estas cuestiones. Él pareció realmente haberse ofendido cuando le expresé mis preocupaciones relacionadas con sus ambiguas referencias al homosexualismo en sus artículos y libros. Durante nuestro incómodo almuerzo, él defendió a las “parejas” gays que viven y mantienen un compromiso. Desafió mi compromiso de defender la ética sexual bíblica — no tener sexo con un hombre o una mujer fuera del ámbito del matrimonio heterosexual — tildándome de desinformado y de tener una mente estrecha. Compartí con él acerca del compromiso del ministerio Desert Stream de ofrecer oportunidades seguras y fuertes  a la iglesia para la transformación de los homosexuales. Mi asistente Mark Pertuit y yo le dimos el testimonio de nuestros propios viajes de cura. Manning rechazó nuestro testimonio con el argumento de que yo no tenía suficiente conocimiento de teología moral para ser tomado en cuenta sobre este tema.
Claramente, Manning y yo abordamos de manera diferente la cuestión de la autoridad moral. Mi enfoque es conservador y basado en la Biblia. El enfoque de él no está claro para mí. Pero lo que surge de esta falta de claridad en él (y, es triste decirlo, de muchos como él) es un sentimentalismo terrible de la homosexualidad. Curiosamente, los que se encuentran atados a las tendencias homosexuales se convierten en “tabúes” para “terapeutas”, como Manning. En lugar de abrazar con la verdad y la gracia a hombres y mujeres que están confundidos, dichos terapeutas bailan alrededor de estos hombres y mujeres en dificultades y luchas, otorgándoles una condición de casi héroes. El resultado es una falsa compasión que puede incentivarlos a identificarse y vivir el homosexualismo.
Gracia sin la verdad clara y autorizada de las Escrituras es mortal, donde podemos caer en la demarcación de los límites de acuerdo a nuestra voluntad, perdiendo la revelación de la voluntad de Dios para nuestra vida aquí en la tierra. Nos quedamos, por lo contrario, solos en la construcción de una identidad basada en nuestra experiencia de la realidad. “Me siento gay, por lo tanto, soy gay. Dios me bendice como gay”. Este pensamiento vacía la cruz del calvario de su significado. Jesús murió para ofrecernos el regreso a su plan ideal en el Jardín del Edén. Él resucitó para levantarnos según la voluntad del Padre para nuestra vida en esta tierra. Si perdemos esta verdad, entonces la gracia queda sin sentido. Su poder de transformar vidas se dispersa y pierde fuerza. La verdad de las Escrituras direcciona el poder de la gracia. Sin la verdad, la gracia pierde su poder dinámico y esencial de transformar vidas.
Para muchos terapeutas de influencia, la gracia abraza a los individuos que enfrentan conflictos homosexuales, pero es aparentemente incapaz de transformarlos. Algunos terapeutas están fortaleciendo esta idea engañosa — como Mel White, un ex profesor del Seminario Fuller y pastor evangélico, que hoy dirige Soulforce, un grupo que defiende el homosexualismo. En su biografía Stranger at the Gate (Extraño en la Puerta), White se  representa como una figura un tanto trágica cuyos impulsos homosexuales lo obligan a constituir múltiples parejas antes y después de que su matrimonio terminó.
Sus amigos, como el fallecido especialista en ética Lewis Smedes, del Seminario Fuller, aceptaron el ingreso de White en el movimiento homosexual como un activista incuestionable. Como resultado, el Dr. Smedes miraba con profunda desconfianza a los estudiantes como yo que se atrevieron a defender la cura para los homosexuales. Cuando yo me encontraba con Smedes por el pasillo, él me miraba directamente a los ojos y preguntaba: “¿Cuánto tiempo aguantarás antes de recaer en el homosexualismo?”
Mucho más sutil es la influencia de White en Philip Yancey. Yancey, autor de varios libros, presentó a White en su libro What’s So Amazing About Grace? (¿Qué es lo asombroso de la gracia?), mostrando a White y su amistad con él como un buen ejemplo de la gracia de Dios. Aunque el autor no abrace todas las preferencias de White, Yancey otorga protagonismo al hombre que se volvió el más influyente cristiano gay de nuestro tiempo. Sin darse cuenta, el autor crea un puente maligno entre un falso profeta (White) y miles de lectores que buscan una mayor claridad en el ámbito de la homosexualidad. Tal vez el hecho de que Yancey haya incluido a White en su libro sea un ejemplo de alguien que “ha entrado encubiertamente” en nuestro medio con el fin de “convertir en libertinaje la gracia de nuestro Dios” (Judas 1:4).
La gracia sin verdad es mortal, sacando provecho de nuestros sentimientos. “Quiero ser un buen tipo. No quiero causar más problemas en la vida de alguien que ya está sufriendo. ¿Jesús no incluyó a los excluidos?” Nuestro deseo de ser misericordioso es comprensible, pero ingenuo. El sentimentalismo distorsiona la esencia del conflicto homosexual, produciendo una perspectiva dramática de nosotros mismos, que sólo separa al necesitado de la cura.
E igualmente aleja al necesitado de las verdaderas buenas nuevas del Evangelio. No hay duda alguna de que Jesús primeramente llamó al arrepentimiento a los hipócritas religiosos. No obstante, llamó a sus seguidores a hacer frente de una manera directa a sus pecados (Lucas 7:36-50, Juan 8:1-12). Ignorar la actitud de los seguidores hacia el pecado es pisotear el testimonio de Cristo y aleccionar a la gente a caer en errores y engaños.
Hombres y mujeres que enfrentan profundas  vulnerabilidades homosexuales necesitan de la plenitud de gracia y de verdad. Sin esta plenitud, se corre el riesgo de conducir fácilmente al pueblo de Dios hacia caminos engañosos. ¿Y si yo hubiera tenido un Manning o un White al comienzo de mi viaje hacia la cura del homosexualismo? Tal vez nosotros como cristianos somos demasiado ingenuos acerca de qué y de quién damos la bienvenida a nuestras vidas.
Nuestro mundo cristiano nos ofrece influencias muy amplias. Debemos preguntarnos: ¿Cuál es la base de este líder en el área de la autoridad? ¿Es la gracia en armonía con la verdad bíblica? Pídale a Dios el discernimiento. Y a continuación, actúe de acuerdo con este discernimiento. Esté preparado para hacer las preguntas difíciles. Cada vez más nos enfrentamos a los famosos líderes cristianos que están bajo el engaño y engañando a otros en los aspectos de la sexualidad y de la homosexualidad. Necesitamos decirles a ellos la verdad en amor. Lo hacemos por amor a ellos y a los que, sin nuestra intervención, serían desviados por ellos.
En medio de las luchas que nos enfrentamos al abrir la boca para hablar la verdad, vamos con alegría y bondad dando testimonio acerca de la cura de la homosexualidad. Si usted está siendo transformado en esta área de su vida, hágaselo saber a los demás. Si usted sabe de otros que están siendo liberados, divúlguelo. ¡Nada expresa con mayor fuerza la plenitud de la gracia y de la verdad que la transformación de alguien que sufre conflictos homosexuales! Lo que Dios crea en la persona decidida, que se rindió a Él, es nada menos que Su imagen gloriosa, todo por medio del poder liberador de la gracia. ¡La verdadera gracia! ¡Qué mensaje importante para nuestros días! ¡Qué Dios grande y glorioso servimos! ¡Que privilegio revelarlo a Él a través del testimonio de vidas transformadas!.
“Como les he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo” — Filipenses  3:18 (NVI).  “Pronunciando discursos arrogantes y sin sentido, seducen con los instintos naturales desenfrenados a quienes apenas comienzan a apartarse de los que viven en el error” — 2 Pedro 2:18 (NVI).
 “¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales... heredarán el reino de Dios. Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios” — 1 Corintios 6: 9-11 (NVI).
Original en inglés: Pastoral Care Ministries
Traducido del inglés por Julio Severo
Traducido del portugués por: Maria Valarini
Fuente: www.julioseveroenespanol.blogspot.com

Tuesday, August 10, 2010

Creencia versus Convicción

Creencia versus Convicción

Maria Valarini
Somos creyentes cristianos, decimos que la Biblia es nuestra norma de fe y conducta; pero, ¿verdaderamente creemos en lo que decimos?
En la época de la iglesia neotestamentaria cuando los discípulos decían “creo”, lo hacían con una genuina y profunda convicción. Tan fuerte era el creer y la convicción en lo creído que no dudaron en ofrecer sus vidas en defensa de su fe.
Ha pasado muchos años desde entonces, ¿y como estamos o somos los creyentes de siglo XXI? ¿Realmente creemos en lo que decimos creer? ¿O simplemente experimentamos un “creer” intelectual, que no altera en nada nuestro comportamiento y conducta del día a día?
¿En el creyente del siglo XXI, el creer va a la par con la convicción? No lo creo; decimos que creemos, pero es un mero asentir mental que no logra permear nuestras fluctuantes convicciones.
En la iglesia, en el entorno cristiano hacemos ver (a nuestros propios ojos y a los demás) que estamos convencidos de la necesidad de vivir según los principios bíblicos, pero en otros ambientes seguimos (algunos, otros ni eso) afirmando que creemos, pero nuestras acciones desdicen las palabras — que en ocasiones — salen de nuestras bocas.
El Señor Jesús lo dijo muy claramente: “Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:33). Seamos sabios y entendamos que en el mundo de hoy, aun cuando los diccionarios de la lengua española casi le dan el mismo significado para ambas palabras — creencia y convicción — en la práctica tal similitud no existe.
Creyentes que defienden que la vida es sagrada apoyan el aborto y la eutanasia. Creencia si, convicción no. Creyentes que afirman que la Biblia es la Palabra de Dios, aceptan el homosexualismo como una alternativa de preferencia individual. Creencia si, convicción no. Creyentes que declaran creer en la indisolubilidad del matrimonio y en la fidelidad mutua, se divorcian y son infieles. Creencia si, convicción no.
Cuanto más se acerca el final de los tiempos y por ende, la venida del Señor Jesucristo, urge que nosotros, su Iglesia, volvamos a las sendas antiguas de la coherencia, donde creencia y convicción eran una y la misma cosa.
No nos auto engañemos: Dios no puede ser burlado, de lo que sembremos, de ello cosecharemos.
Que nuestras creencias estén respaldadas por convicciones profundas, y que nada ni nadie nos las puedan arrebatar, para que al final de la jornada podamos oír: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25: 21).
Fuente: http://julioseveroenespanol.blogspot.com

Stallone estaba en lo cierto

Stallone estaba en lo cierto

Olavo de Carvalho
Un comunicado del artista de “Rambo” es lo más verdadero que alguien haya dicho sobre el Brasil en los últimos años: este es un país de cobardes que prefieren adular a sus agresores antes que  tomar medidas para detenerlos.
Los medios de comunicación están furiosos con el actor Sylvester Stallone, porque dijo que en Brasil cualquiera puede explotar el país y la gente todavía le agradece, regalándole un mono como añadidura.  Algunos de los furiosos refunfuñaban diciendo que el artista estaba tildándonos de monos — mostrando con eso que no perciben la diferencia entre regalar un mono y ser un mono.
Por mi parte, les garantizo que Stallone solamente pecó por eufemismo. ¿Mono? ¿Por qué únicamente mono? Explote el país y los brasileños regalarán mono, armadillo, capibara, jaguar, guacamaya, cacatúa, colibrí, la fauna nacional en su totalidad, más un bono para transporte, un cupo para Fome Zero (Hambre Cero, programa estatal para reducir el hambre), atención médica gratuita, un boleto para el siguiente concierto de Caetano Veloso y un paquete de acciones de la Bolsa de Valores. Explote el país como lo hacen las FARC, entrenando asesinos para diezmar la población, y el gobierno brasileño otorga la ciudadanía brasileña, empleo público para su esposa e inmunidad frente a las investigaciones embarazosas.
Secuestre a un rico brasileño y cinco minutos después otros ricos estarán en las calles pidiendo la liberación — no del secuestrado, sino del secuestrador (después de algún tiempo, el propio secuestrado le invita a cenar en su mansión).
Establezca una gigantesca organización clandestina, formando con partidos legales una red de protección para las organizaciones criminales y los medios de comunicación le darán todas las garantías de discreción y silencio para que el gran negocio pueda avanzar en paz; sobre todo, nadie, nadie jamás preguntará quien paga el tal jueguito. Saque de la basura el cadáver del comunismo, dándole nueva vida en escala continental, y los capitalistas lo llenarán de dinero y hasta se inscribirán en su partido, alegando que usted ha cambiado y que ahora es neoliberal.
Produzca la mayor deuda nacional de todos los tiempos, y sus propios acreedores serán los primeros en decir que usted ha restaurado la economía nacional. Llene de dinero los invasores de tierras, para que ellos puedan invadir más tierras, y hasta los propietarios de tierras lo aplaudirán porque usted “contuvo la saña de los radicales”.
Ordene abortar a millones de bebés, e incluso los obispos católicos taparán las bocas de los que hablan mal de usted. Haga que su partido acuse a las Fuerzas Armadas  de todos los crímenes posibles e imaginables, y los oficiales militares, además de condecorarlo a usted, a su esposa y a todos sus compinches, también votarán por usted en las elecciones presidenciales. Destruya la carrera de un presidente “de derecha”, y algunos años más tarde él estará intercambiando besos con usted y buscando votos para su candidata comunista en el interior de Alagoas.
¿Un mono? ¿Un despreciable mono? ¿Qué es eso, Stallone? Usted no se imagina de cuanta gratitud, de cuanta generosidad es capaz el brasileño, cuando se le golpea con ganas.
Aparte de esta aclaración cuantitativa, la declaración de la estrella de “Rambo” es lo más verdadero que alguien haya dicho sobre el Brasil en los últimos años: este es un país de cobardes que prefieren adular a sus agresores antes que tomar medidas para detenerlos.
El clásico estudio de Paulo Mercadante, La Conciencia Conservadora en Brasil ya expuso la tendencia crónica de nuestra clase alta, buscando resolverlo todo mediante la conciliación. Sin embargo, la conciliación, cuando supera los límites de la razón y de la decencia, llegará al extremo del servilismo masoquista en donde el sujeto se quita la vida sólo para complacer a aquellos que quieren matarlo.
Curiosamente, muchos de los que se entregan a esta abyecta conducta alegan que lo hacen por astucia, citando la regla de Maquiavelo: Si no puede vencer al oponente, adhiérase al partido de  él. Estos tontos no saben que en la política práctica, Maquiavelo era un pobre diablo, que siempre apostó por el lado de los perdedores y terminó muy mal. La postura de astucia esconde, muy a menudo, una ingenuidad patética.
Traducido del portugués por: Maria Valarini

Thursday, August 5, 2010

Anthony Comstock: El primer activista pro-vida de la historia moderna

Anthony Comstock: El primer activista pro-vida de la historia moderna

Pionero en la lucha contra la pornografía y en las iniciativas para presionar el Congreso y a los políticos con el fin de proteger a las familias con sus niños y adolescentes.

Julio Severo
Exhibir películas y materiales pornográficos a niños y adolescentes bajo la fachada de “educación sexual”, mostrando escenas y posiciones explícitas del sexo, incluyendo homosexualidad. Exponer niños y adolescentes a los llamados métodos de “planificación familiar”, incluyendo aborto para impedir el embarazo, como si el embarazo fuera una enfermedad sexualmente transmisible. Este, infelizmente, es el patrón de violencia criminal que predomina en las escuelas y en la sociedad cuando a los pervertidos no se les impide cambiar las leyes y la cultura.
La gran mayoría de los intentos para exponer niños y adolescentes a la educación sexual pornográfica y a la información y “servicios” de aborto y control de  natalidad es producto de las campañas de la Federación Internacional de Planificación Familiar, fundada en la década de 1950 por Margaret Sanger. Fue un imperialismo cultural y pornográfico que venció primeramente las barreras legales en Estados Unidos y luego se esparció como un virus al resto del mundo.
Hoy, la Federación Internacional de Planificación Familiar es la mayor promotora mundial del control de natalidad, aborto y educación sexual pornográfica en las escuelas.
De acuerdo con Sanger, el control de natalidad:
Destruiría el cristianismo.
Exterminaría la raza negra.
Purificaría la raza blanca.
Promovería el aborto como derecho humano de las mujeres.
La violencia sexual oficialmente travestida de educación para niños y adolescentes es algo criminal, y de esa forma la veía Anthony Comstock. Desde el final de la década de 1860, su blanco de acción era el combate a las cuñas publicitarias sobre pornografía, aborto y control de la natalidad. Nacido en 1844 en Connecticut, en la ciudad de Nueva Canaán, desde niño le encantaba leer la Biblia y él era un evangélico que no practicaba el cristianismo solamente dentro de la iglesia. Se volvió un líder activo en la Asociación Cristiana de Jóvenes, más conocida por las siglas de su nombre en inglés: YMCA (Young Men’s Christian Association), de Nueva York. Esta organización era tan renombrada que el famoso predicador D.L. Moody era miembro activo de la misma.
En esa época la YMCA fundó la Sociedad para la Eliminación de Vicios para adelantar el trabajo de Comstock, de la cual Anthony fungió como secretario hasta el día de su muerte.
Él luchaba contra los vicios sociales presionando a los legisladores. Viajaba a Washington DC y convencía a los congresistas de la necesidad de leyes para proteger las familias, con sus niños y adolescentes, de la pornografía. Estas iniciativas pioneras fueron las primeras demostraciones del lobby pro-familia, o campañas para presionar e influir en los legisladores a fin de que priorizasen el bienestar de las familias.
Sus presiones sobre el Congreso fueron exitosas y lograron en 1873 el establecimiento de una fuerte ley federal prohibiendo el transporte de productos obscenos, inmorales o lascivos por el correo. La ley que establecía hasta diez años de cárcel para los infractores fue conocida como la Ley Comstock.
Para implementar la ley, Comstock fue oficialmente nombrado Agente Especial del Departamento de los Correos de Estados Unidos, con amplios poderes del gobierno para detener la pornografía. De 1876 a 1915 él condujo allanamientos a publicadores y vendedores de literatura obscena.
En un solo año, más de 6 toneladas de placas fotográficas pornográficas, más de 60 toneladas de libros pornográficos, 200 mil fotos e imágenes, 31,500 cajas de píldoras y pociones, y 60,300 artículos obscenos fueron destruidos. Este resultado no llegó por casualidad: Comstock tomaba su trabajo y responsabilidades muy en serio.
La ley Comstock aun está vigente en las leyes federales de Estados Unidos que prohíben la obscenidad, y hoy día es utilizada principalmente para combatir vigorosamente a la pornografía infantil en el Internet y en la prensa. Así que, toda la represión moderna a la explotación sexual de niños está cimentada en los esfuerzos pioneros de un evangélico activo. Sin embargo, después de la muerte de Comstock en 1915, la ley que llevaba su nombre comenzó a ceder a los ataques sistemáticos de Sanger, pues no había nadie que pudiera o quisiera ocupar el lugar de Comstock.
Aun así, el reverendo Billy Sunday (1862-1935), probablemente el más grande predicador de multitudes antes de Billy Graham, condenaba la venta de bebidas alcohólicas, la pornografía, el control de la natalidad y otros males sociales. De orientación presbiteriana, denunció a Sanger y su ideología hasta sus últimos días. Entre los católicos, las denuncias vinieron del padre John Ryan, en la década de 1930. No muy diferente de Sunday, Comstock veía a las bebidas alcohólicas como nocivas. Por coincidencia, Margaret Sanger murió alcohólica en 1966.
Anthony Comstock realizó grandes proezas legales de protección a la familia y se enfrentó, en su propia generación, a muchos activistas del aborto y de la pornografía. No obstante, durante su existencia, él prevaleció.
En 1911, el ex-presidente de la Universidad de Harvard, Charles William Eliot, afirmó que la sucursal de Boston de la Sociedad para la Eliminación de los Vicios era una “institución pública totalmente científica” (Carlson).
A principios de 1915, Woodrow Wilson, el presidente de Estados Unidos, nombra a Comstock para liderar la delegación americana en la Conferencia Internacional de la Pureza, realizada en aquel año en la ciudad de San Francisco. De acuerdo al historiador Paul Boyer, de los cuatro mil delegados presentes, “probablemente todos mantenían la misma posición que él” (Carlson). Después de este evento que coronó internacionalmente toda su labor, partió de este mundo.
Comstock fue victorioso. Entre 1876 y 1877, él “probablemente llevó a juicio más abortistas practicantes… que cualquier otra persona en la historia de los Estados Unidos”. Después de sus primeros cinco años de acciones agresivas, “los anuncios comerciales de aborto disminuyeron de forma radical en toda la nación”. Por esta causa, el historiador James Mohr concluye que debido al trabajo de Comstock, “el periodo de visibilidad comercial del aborto, que había permanecido desde la década de 1840, estaba terminado” (Carlson).
Otra historiadora del tema del aborto, Leslie Reagan, concluye que el aborto quedó totalmente fuera de la pauta de las iglesias americanas hasta el final de la década de 1950 simplemente porque “durante aproximadamente un siglo entero el aborto era considerado un crimen y ningún movimiento social sugería lo contrario”. Esta fue una de las grandes realizaciones de Comstock (Carlson).
¿Cómo, durante casi cien años, la Ley Comstock hizo prevalecer la moralidad por encima de la inmoralidad? ¿Cómo pudo un solo hombre lograr en un largo periodo de cuarenta años amedrentar y derrotar una multitud de millonarios Goliats pornográficos, espiritistas, abortistas e inmorales? La vida de Comstock prueba que quien está en y con el Señor hace proezas.
En Brasil, Comstock es desconocido. Pero en el 2005, la revista Superinteressante, que durante muchos años fue publicada por la misma editora responsable de la revista Playboy en Brasil, clasificó a Comstock como el “más temible censor en la historia de Estados Unidos”, todavía utilizando como referencia el pornográfico anticristiano  D.M. Bennett. Desde el punto de vista de los adeptos y usuarios de la pornografía, Comstock era en realidad terrible, habida cuentas que el fundador de la revista Playboy fue probablemente el mayor defensor de la libertad de expresión. Pero, desde el punto de vista de las familias y sus niños, los esfuerzos de Comstock representaban protección y justicia.
Mientras Comstock luchaba contra la pornografía, el aborto y el control de la natalidad, las iglesias evangélicas seguían floreciendo con re-avivamientos genuinos. Durante la imbatible era Comstock, D.L. Moody fue usado por Dios en grandes re-avivamientos; Billy Sunday inició su ministerio que cubrió Estados Unidos de punta a punta y el movimiento pentecostal nació en Estados Unidos para cambiar la historia del evangelismo mundial.
La era de Comstock, que fue marcada por los mayores re-avivamientos pentecostales jamás vistos, fue una era en que Estados Unidos era una nación indiscutible y predominantemente evangélica.
De acuerdo con la Enciclopedia Británica de 1911, el escenario religioso de Estados Unidos en 1890 era el siguiente: 68% protestantes y 30% católicos. Sin embargo, desde que el control de la natalidad y el aborto fueron totalmente legalizados — el control de la natalidad al final de la década de 1960 y el aborto en 1973 —, el escenario cambió. De 1972 a 1993, los protestantes constituían el 63 % de la población de Estados Unidos. En el 2002 eran solamente el 52%, y ahora por primera vez desde la fundación de la nación americana, los protestantes son minoría. El sueño de Sanger se hizo realidad: el control de la natalidad está destruyendo el cristianismo en los Estados Unidos.
Hoy, con el dominio de la pornografía, abortos y control de la natalidad en la sociedad americana, Estados Unidos perdieron su otrora preponderancia evangélica.
Estados Unidos y el mundo necesitan de un avivamiento. Y el genuino avivamiento anda a la par con la justicia social, como lo certifican las muchas conquistas sociales de Comstock.
Traducido del portugués por: Maria Valarini
Este artículo es sólo un resumen del e-book “Anthony Comstock: el primer campeón pro-familia de la historia moderna”, escrito por Julio Severo. Para leer el e-book, siga este link: http://www.scribd.com/doc/35424025/Anthony-Comstock-El-primer-campeon-pro-familia-de-la-historia-moderna