Tuesday, August 10, 2010

Stallone estaba en lo cierto

Stallone estaba en lo cierto

Olavo de Carvalho
Un comunicado del artista de “Rambo” es lo más verdadero que alguien haya dicho sobre el Brasil en los últimos años: este es un país de cobardes que prefieren adular a sus agresores antes que  tomar medidas para detenerlos.
Los medios de comunicación están furiosos con el actor Sylvester Stallone, porque dijo que en Brasil cualquiera puede explotar el país y la gente todavía le agradece, regalándole un mono como añadidura.  Algunos de los furiosos refunfuñaban diciendo que el artista estaba tildándonos de monos — mostrando con eso que no perciben la diferencia entre regalar un mono y ser un mono.
Por mi parte, les garantizo que Stallone solamente pecó por eufemismo. ¿Mono? ¿Por qué únicamente mono? Explote el país y los brasileños regalarán mono, armadillo, capibara, jaguar, guacamaya, cacatúa, colibrí, la fauna nacional en su totalidad, más un bono para transporte, un cupo para Fome Zero (Hambre Cero, programa estatal para reducir el hambre), atención médica gratuita, un boleto para el siguiente concierto de Caetano Veloso y un paquete de acciones de la Bolsa de Valores. Explote el país como lo hacen las FARC, entrenando asesinos para diezmar la población, y el gobierno brasileño otorga la ciudadanía brasileña, empleo público para su esposa e inmunidad frente a las investigaciones embarazosas.
Secuestre a un rico brasileño y cinco minutos después otros ricos estarán en las calles pidiendo la liberación — no del secuestrado, sino del secuestrador (después de algún tiempo, el propio secuestrado le invita a cenar en su mansión).
Establezca una gigantesca organización clandestina, formando con partidos legales una red de protección para las organizaciones criminales y los medios de comunicación le darán todas las garantías de discreción y silencio para que el gran negocio pueda avanzar en paz; sobre todo, nadie, nadie jamás preguntará quien paga el tal jueguito. Saque de la basura el cadáver del comunismo, dándole nueva vida en escala continental, y los capitalistas lo llenarán de dinero y hasta se inscribirán en su partido, alegando que usted ha cambiado y que ahora es neoliberal.
Produzca la mayor deuda nacional de todos los tiempos, y sus propios acreedores serán los primeros en decir que usted ha restaurado la economía nacional. Llene de dinero los invasores de tierras, para que ellos puedan invadir más tierras, y hasta los propietarios de tierras lo aplaudirán porque usted “contuvo la saña de los radicales”.
Ordene abortar a millones de bebés, e incluso los obispos católicos taparán las bocas de los que hablan mal de usted. Haga que su partido acuse a las Fuerzas Armadas  de todos los crímenes posibles e imaginables, y los oficiales militares, además de condecorarlo a usted, a su esposa y a todos sus compinches, también votarán por usted en las elecciones presidenciales. Destruya la carrera de un presidente “de derecha”, y algunos años más tarde él estará intercambiando besos con usted y buscando votos para su candidata comunista en el interior de Alagoas.
¿Un mono? ¿Un despreciable mono? ¿Qué es eso, Stallone? Usted no se imagina de cuanta gratitud, de cuanta generosidad es capaz el brasileño, cuando se le golpea con ganas.
Aparte de esta aclaración cuantitativa, la declaración de la estrella de “Rambo” es lo más verdadero que alguien haya dicho sobre el Brasil en los últimos años: este es un país de cobardes que prefieren adular a sus agresores antes que tomar medidas para detenerlos.
El clásico estudio de Paulo Mercadante, La Conciencia Conservadora en Brasil ya expuso la tendencia crónica de nuestra clase alta, buscando resolverlo todo mediante la conciliación. Sin embargo, la conciliación, cuando supera los límites de la razón y de la decencia, llegará al extremo del servilismo masoquista en donde el sujeto se quita la vida sólo para complacer a aquellos que quieren matarlo.
Curiosamente, muchos de los que se entregan a esta abyecta conducta alegan que lo hacen por astucia, citando la regla de Maquiavelo: Si no puede vencer al oponente, adhiérase al partido de  él. Estos tontos no saben que en la política práctica, Maquiavelo era un pobre diablo, que siempre apostó por el lado de los perdedores y terminó muy mal. La postura de astucia esconde, muy a menudo, una ingenuidad patética.
Traducido del portugués por: Maria Valarini

1 comment :

  1. SODOMA AL LADO DE LO QUE HAY MONTADO HOY, FUE UNA GUARDERIA CON SUS JUEGOS.... Y LOS LIBERALES CAPITALISTOS DEFENDIENDO ESTE ORDEN DE COSAS. FELICIDADES, LOSANTOS Y VIDAL, EX-APADRINADOS DE LA COPE.

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