Sexo diplomático seguro: No hay asilo americano para gay saudí
Julio Severo
El gobierno de Obama rechazó pedido de asilo de un homosexual de Arabia Saudita.
En un reportaje, el periódico Jerusalem Post dijo que Ali Ahmad Asseri “argumentó que si fuera devuelto a Arabia Saudita se enfrentaría a una ejecución porque la forma radical del islamismo en el país ordena la pena de muerte para las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo”.
De acuerdo con la prensa, el gobierno de Obama negó el asilo para “evitar que las relaciones de Estados Unidos con Arabia Saudita sean entorpecidas”. ¡Alborotar avispas es menos peligroso que alborotar una nación musulmana!
¿No es el gobierno de Obama el más radicalmente prosodomía de la historia de Estados Unidos y del mundo? ¿El gobierno americano bajo este presidente proislámico no se comprometió a luchar contra la “homofobia” donde quiera que haya y siempre que se manifieste?
Conceder el asilo para Asseri demostraría al mundo islámico la seriedad del gobierno de Obama referente a sus políticas mundiales que igualan la sodomía a los derechos humanos.
Al contrario de muchos que buscan el asilo, Asseri no mintió: Arabia Saudita realmente ejecuta a homosexuales. ¡Pobre Asseri! Decir la verdad no le ayudó.
En cambio, el homosexual brasileño Augusto Pereira de Souza, de 27 años, no tuvo ninguna dificultad parecida para obtener una concesión de asilo por parte del gobierno de Obama. Suficiente fue alegar que “Brasil es uno de los países más violentos contra los homosexuales”. La única cosa que le fue necesaria para conseguir el asilo fue la falsedad.
A pesar de las acusaciones de Pereira en contra de Brasil como amenaza para los gays, Asseri podría con toda libertad y seguridad vivir en Brasil. A propósito, sus congojas para conseguir el asilo en Estados Unidos están siendo relatadas por un periodista y bloguero saudí-americano que vive en Brasil, el país “homofóbico”. En Arabia Saudita, Asseri y el periodista que lo defiende serían tratados de forma muy diferente de cómo lo serían por el gobierno y la sociedad de Brasil.
Por otra parte, Souza tiene la libertad de criticar y de entrar en Brasil. Así como en Estados Unidos, en Brasil los medios de comunicación y los órganos gubernamentales son descaradamente prosodomía, y críticas a los cristianos y a su “homofobia” son generalizadas y muy bienvenidas — siempre y cuando que tales críticas estén dirigidas exclusivamente a los cristianos, jamás a los musulmanes. Lo que Souza no puede hacer es criticar ni entrar en Arabia Saudita. Entrar allá significaría el final de su existencia terrenal. Por lo menos, lo haría cambiar de idea sobre el “Brasil como uno de los países más violentos contra los homosexuales”.
Si Arabia Saudita fuera tan cristiana como Uganda, sería más fácil para Estados Unidos acusarla de “homofobia” y conceder el asilo al gay saudí. Los cristianos siempre son blancos fáciles de acusaciones deshonestas. Pero Estados Unidos no puede darse el lujo de tratar de forma similar a Arabia Saudita, que es tan radicalmente contra la sodomía, cuánto Estados Unidos está a favor de ella.
Stuart Appelbaum, un prominente activista gay de Nueva York, dijo que si el gobierno de Obama rechaza conceder el asilo a Ali Ahmad Asseri por miedo de la reacción de Arabia Saudita, entonces Estados Unidos se hará cómplice de la muerte de él. “Es exactamente debido a la manera que Ahmad podría ser tratado en su regreso a su homofóbico y brutal país, que Estados Unidos debería concederle el asilo”, dijo él.
En cuanto a Arabia Saudita y a su ley islámica, el gobierno de Obama nunca sacrificará sus intereses económicos con las naciones musulmanas para defender la sodomía como un derecho humano. Es por ello que el gobierno de Obama encuentra más seguro conceder el asilo a un homosexual mentiroso de Brasil que a un homosexual saudí que dice la verdad. Entre defender un acto sexual pervertido y no ofender a aliados musulmanes, no ofender es prioritario sexo diplomático seguro para un gobierno americano que mantiene el compromiso radical de proteger la sodomía.
Cuando la homosexualidad alcanza sus relaciones internacionales con las naciones musulmanas, el compromiso del gobierno americano no es ofender a sus aliados musulmanes que ejecutan gays.
Versión en inglés: Diplomatic safe sex: No US asylum to Saudi gay
Versión en portugués: Sexo seguro diplomático: Nada de asilo americano para gay saudita