¿Dónde queda el Reino de Dios en la disputa entre el PT y el PSDB?
Mientras el avance de las leyes anti-“homofobia” del gobierno federal bajo el PT se encontró con una fuerte oposición cristiana, los mismos tipos de leyes encontraron pocos obstáculos en su avance en el estado de São Paulo en el marco del PSDB. ¿Qué harán los cristianos ahora?
Julio Severo
En 1992, la Iglesia Universal del Reino de Dios tenía una postura firme en contra del aborto y en contra de Lula y su PT (Partido de los Obreros). No era necesario ser adivino para saber que el PT en el gobierno traería aborto y homosexualismo —, pero nadie imaginó que sería mucho peor de lo que pensábamos.
El PT llegó al poder gracias a una espantosa desviación del concepto de lo que es el Reino de Dios, predicado por una CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos Católicos de Brasil) mayoritariamente partidaria de la Teología de la Liberación. Los evangélicos, que siempre habían mantenido distancia de la ideología de Lula, terminaron por adherirse — bajo la inspiración de Caio Fábio — a esta ideología.
En la segunda mitad de la década de 1990, el obispo Edir Macedo comenzó a cambiar radicalmente de opinión, pasando a apoyar simultáneamente el aborto y el PT, llevando a su adinerada iglesia a caminar lado a lado con la CNBB y Ariovaldo Ramos en una visión religiosa donde el PT es una especie de ejecutor oficial de las políticas de su versión del “Reino de Dios”.
Dijeron que el PT sería perdonado por promover el aborto y el homosexualismo, puesto que “ayuda a los pobres”. Cualquiera que haga esto es un adepto de su versión del “Reino de Dios”, independientemente de lo que haya hecho. Por lo tanto, ellos fácilmente perdonan a Fidel Castro y Hugo Chávez. Es el “vale todo” por los pobres: matar, robar y destruir.
Fiel a su ideología a favor del aborto, Macedo hoy está al lado de la candidata abortista Dilma Rousseff. El pastor Silas Malafaia ya criticó la postura pro-aborto y pro-Dilma de Macedo, que respondió con el argumento de que Sierra está también a favor del aborto.
No sería prudente suponer que Dilma y Sierra no serán gobiernos comprometidos con la causa del aborto y de la homosexualidad. Lula es la muestra (y la amenaza) viva de cómo será el gobierno de Dilma. El estado de São Paulo bajo el PSDB, con sus radicales leyes anti-“homofobia” es la muestra (y la amenaza) viva de cómo será el gobierno de Sierra.
Serra fue lo suficientemente franco como para decir que apoyará la unión civil homosexual — tal como lo hizo públicamente Marina Silva, que confesó tener la misma posición que Marta Suplicy — y Dilma disfrazó sus antiguas posiciones pro aborto.
Al ganar Dilma la mentira se convertirá en una cruel realidad. Al ganar Serra, ¿quién podrá impedirlo de hacer por el PLC 122 (lo mas grande proyeto anti-“homofobia” en el Congresso de Brasil) lo que el PSDB hizo por la versión estatal de esa ley en São Paulo, la que logró un tremendo avance? Y los grupos homosexuales proclamarán que Serra ganó porque defendió públicamente sus intereses, mientras que Dilma titubeó.
Sin embargo, los cristianos están titubeando mucho más que Dilma y Serra, que se encuentran en la incómoda posición de ver el tema del aborto y el “matrimonio” gay pesando en la contienda electoral.
Aquellos que deberían tener un compromiso con el Reino de Dios están haciendo muchas negociaciones, olvidando o sin importarles que hacer compromiso con candidatos políticos en época de elecciones es un mal negocio. Todo lo que el candidato Lula negoció en el 2002 sobre el aborto y el homosexualismo, su gobierno jamás cumplió. Pero, sobre todo, si los valores del Reino de Dios no son negociables, ¿por qué tantas negociaciones?
Con Ariovaldo Ramos y Edir Macedo la Teología de la Misión Integral (versión protestante de la Teología de la Liberación) se ha unido a la Teología de la Prosperidad para sostener lo insostenible: un gobierno que trabajó durante ocho años por el aborto, por el homosexualismo, aliándose con Fidel Castro, Hugo Chávez y otras famosas dictaduras internacionales. ¿Y qué del respeto a los derechos humanos? Sólo en los discursos. En lo que dependa del PT, de Ariovaldo Ramos, de Edir Macedo y del obispo Manoel Ferreira, el pueblo de Cuba, Irán, Venezuela y Corea del Norte pueden continuar siendo masacrados bajo la vista gorda de la diplomacia brasileña.
Con respecto a la ideología marxista — que esencialmente cree que el centro del universo es el santo y generoso Estado “socorrista” — Serra no es muy distinto de Dilma, como la propia Marina Silva reconoció, considerando que sus partidos están en el mismo nivel ideológico en cuanto a sus orígenes. La única preocupación de ella en estas elecciones ha sido la “ola de conservadurismo”, reconocida por la prensa como la principal fuerza que se está oponiendo al aborto y al homosexualismo.
Nadie esperaba esta ola, y aunque se declaró no conservadora antes de la ola, Marina terminó en la primera ronda recibiendo los votos de millones de conservadores, que votaron por ella para evitar el aborto y el homosexualismo de Dilma y de Serra. Mas su principal testigo, moldeado por la Teología de la Liberación, se quedó mirando los toros desde la barrera, o lavándose las manos como una versión verde de Poncio Pilato. Ni una denuncia en contra de las posturas anti-cristianas de Dilma o del PT — con el que trabajó con la conciencia tranquila por muchos años — o de Serra. Sólo denuncias en contra del conservadurismo.
De Macedo y Ariovaldo Ramos, no se espera nada, porque no hay coherencia en los aliados de un gobierno claramente anti-cristiano. Mientras que Macedo explícitamente tocó el tema del aborto en un tono de aprobación, Ariovaldo pro Dilma dio a conocer su manifiesto público, diciendo: “expresamos nuestro rechazo ante la ola de conservadurismo que se ha abatido sobre el país durante el proceso electoral.” Y Marina, en su “Carta abierta a los candidatos a la Presidencia de la República Dilma y Serra”, no menciona el tema del aborto y de la homosexualidad ni una sola vez, pero crítica abiertamente lo que ella ve como “ese conservadurismo obstinado que coloniza la política y sacrifica cualquier utopía en nombre de un pragmatismo sin límites.”
¿La utopía de ella — involucrando el marxismo, el socialismo, la Teología de la Liberación, la Teología de la Misión Integral, el Evangelio Progresista, el Evangelio Comunista y afines — no merece ser sacrificada a favor del único y verdadero Evangelio? ¿No merece ser sacrificada por el bienestar moral de millones de familias que no necesitan y no quieren gobiernos que, diciéndose favorables a los pobres, están obsesionados, enfermos y dementes por el aborto y la homosexualidad?
De Silas, se espera más. Su testimonio contra el PLC 122 y en contra del aborto es notable y encomiable. Pero, ¿apoyar públicamente a Sierra es compatible con los valores del Reino de Dios? ¿Y qué tipo de compatibilidad hubo en su apoyo en el pasado a Lula y Sergio Cabral, dos políticos pro aborto? Marcelo Crivella y Magno Malta también se destacan entre los evangélicos por combatir el PLC 122, pero están con Dilma, quien tiene un historial de violencia y lucha armada que ella nunca reniega y hoy está alineada con el PT en su ambición de transformar el Brasil en una dictadura marxista y a América Latina en una Unión de las Repúblicas Socialistas del Foro de São Paulo.
Será una gran alegría ver la derrota de la terrorista comunista Dilma, pero ¿una victoria de Serra será motivo de celebración?
Entiéndase que esta elección no representa alegría, porque los votantes no podrán elegir entre una solución menor y una solución mayor. Por lo contrario, es una elección de dolor y sufrimiento, especialmente para los hombres y mujeres que conservan altos valores de justicia y familia, donde la única opción humana disponible es elegir entre el mayor mal y el mal menor. Es una opción entre un gobierno que traerá grandes problemas y otro que traerá enormes problemas.
Los dos candidatos representan peligros reales. Dilma en mayor grado; Serra, en menor medida. Es como elegir, metafóricamente, entre un asesino y un violador. Si opta por el asesino, su esposa e hijas serán violadas ante sus ojos, y al final, ellas y usted acabarán muertos. Si eliges al violador, usted y ellas escapan con vida, pero ellas serán violadas.
Lo que no es ficción ni metáfora es que sus políticas realmente traerán muertes y violaciones, en muchos sentidos distintos y reales. El aborto deliberado y legalizado es asesinato sancionado por el Estado. Enseñar homosexualismo o sexo a los niños en las escuelas es violación psicológica perpetrada por el Estado. Santificar y proteger legalmente el concepto de “orientación sexual” abre las puertas a todo tipo de barbarie y anomalías, incluidas la pedofilia, bajo las “bendiciones” del Estado. Dificultar las relaciones diplomáticas con Israel y facilitarlas con las sanguinarias dictaduras de Irán y Corea del Norte es traer espíritu de muerte y maldición al Brasil, así como mantener vínculos con grupos terroristas como las FARC y Hamas. Todo esto lo ha hecho el PT religiosamente, mientras que la mitad de todo eso lo aprueba y hace el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña de candidato José Serra).
Es por eso que no votaré por ninguno, pero entiendo a aquellos que, viendo el mal mayor del PT aparejado al estado y transformando el Brasil en tiranía, están dispuestos a taparse la nariz para votar por Serra. Sin embargo, ¿cómo entender los que no se tapan la nariz y por encima negocian?
Ante el mal, el Reino de Dios y sus valores no son negociables, pero muchos miembros importantes del Frente Parlamentario Evangélico se están vendiendo a cambio de propuestas indecorosamente elevadas. El PT está logrando comprar la conciencia de los parlamentarios evangélicos que hasta hace poco veían y advertían sobre las amenazas de los proyectos del PT. Ahora, bajo el peso de las tentaciones mundanas, se callan para la verdad y solo destapan la boca para alabar a los buenos predicadores.
No obstante, los que negocian los valores del Reino de Dios verán la Palabra de Dios cumplirse. Antes de que el gobierno y la sociedad del Brasil sean castigados por sus iniquidades, el juicio caerá sobre la casa de Dios, comenzando con los hombres que llevan el título de pastor, obispo, apóstol, diputado evangélico, etc. Dios no puede ser burlado. Él no tolerará para siempre a los que negocian los valores del Reino de Dios a cambio de las ideologías de muerte, destrucción y robo, aunque vengan elegantemente disfrazadas de socorro y asistencia a los pobres.
Así que, si no hay en quién votar, ¿a quién recurrir? Al Rey del Reino de Dios. Nadie entiende mejor de política que Él.
Una convocatoria pública y nacional de ayuno, llanto y oración podría traer al Brasil un aumento en la “ola del conservadurismo” en contra del aborto y el homosexualismo — una ola más grande que traiga justicia y repudio a la institucionalización de la iniquidad.
En estas elecciones, nadie esperaba una ola en contra del aborto y del homosexualismo, pero ella llegó, haciendo el diablo temblar de ira y miedo.
¿Quién la envió no puede enviar mucho más?
Traducido de portugués para español por Maria Valarini
Versión en portugués: Onde fica o Reino de Deus na disputa entre PT e PSDB?
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