Mundo extraño mundo
Eguinaldo Hélio de Souza
Estamos viviendo
una época bastante extraña. Una época en la cual la religión es vista como un
mal social y las preferencias sexuales como un derecho inalienable. Lo que yo
creo que debe mantenerse bajo llave, en un cofre escondido debajo de mi cama. Y
los deseos sexuales de muchos, no importa cuales sean, deben ser respetados
como sagrados, por encima de cualquier juicio. En el caso de un choque entre
apreciaciones religiosas y preferencias sexuales, estas últimas tienen todas
las ventajas y todos los privilegios, sin tener en cuenta el deseo de la
mayoría, la opinión de ciudadanos responsables, las tradiciones, la historia,
la cultura e incluso la ciencia . Es un mundo extraño.
Recientemente un
abogado se quejó por el hecho de que la justicia paulistana (de la ciudad de
Sāo Paulo, Brasil) se niega a convertir la unión estable de personas del mismo
sexo en matrimonio. Él cree que los jueces actúan "por cuestiones
religiosas y personales", y ese tipo de discurso se ha convertido en una
poderosa arma retórica en las manos de aquellos que quieren hacer valer su
opinión. Alguien que tenga convicciones religiosas es a menudo acusado de
actuar de acuerdo a ellas, sea esto verdad o no. Se aplaude al "orgullo
gay", mientras que de forma sutil y sistemáticamente, se intenta sofocar
cualquier "orgullo cristiano".
Cuando William
Carey llegó a la India se encontró con una práctica cruel e inhumana llamado satí
– las viudas eran quemadas sobre la tumba de sus maridos. En la cultura hindú
tal práctica era vista como normal y muchas viudas la aceptaban sin quejarse.
Sin embargo, la "visión religiosa" de Carey no le permitía aceptarla
como correcta y motivado por su "visión religiosa” logró que dicha
práctica fuera abolida. Las viudas de la India agradecen que alguien haya actuado
por "cuestiones religiosas".
¿Y qué decir de
los sacrificios humanos en México, donde las víctimas tenían sus corazones
arrancados aun estando vivos? ¿Y qué de los infanticidios en todo el mundo? ¿Y
qué decir del canibalismo entre muchos pueblos nativos, tan normal como comer
un bistec y que sólo fue eliminado porque millones de misioneros cristianos se
opusieron debido a su apreciación "religiosa"? Al contrario de lo que
dicen los marxistas la esclavitud, una institución milenaria en el mundo
antiguo, terminó porque un grupo de cristianos movidos por sus
"apreciaciones religiosas" presionó al Parlamento británico. Caso
desconozcan el hecho, procuren saber quién fue William Wilberforce.
Estamos viviendo
en una época donde al dulce se le llama amargo y al amargo se le llama
dulce. Donde la luz se considera oscuridad y la oscuridad, luz. Donde lo bueno
es malo y lo malo es bueno. Donde declararse gay es motivo de orgullo, y
declararse cristiano es visto como algo vergonzoso. Literalmente, el número de
los que encuentran que es bonito ser feo ha estado creciendo de forma
impresionante.
Lo más extraño
de todo es que ahora ya no se trata de un simple Lot, un hombre temeroso de
Dios varado en un mar de sodomitas y gomorritas que no aceptan su estilo de
vida y por eso él se siente acorralado. Ahora es un montón de sodomitas y gomorritas
que acorralan a un inmenso mar de cristianos, y éstos están obligados a negar
sus convicciones ante el mundo, bajo el riesgo de que sean linchados. La
mayoría debe callarse porque es cristiana, entonces su opinión no cuenta.
Sin lugar a
dudas, las leyes y los tiempos han cambiado. La "transmutación de todos
los valores", como quería Nietzsche está en curso. Una nube oscura se
proyecta en el horizonte, mucho más oscura que aquella que un día sumergió a
Alemania en una barbarie que hasta ahora se lamenta. No es de sorprender que el
filósofo medio “loco” vea prevalecer su vaticinio infernal sobre un mundo que
rechaza el amor y la luz de Dios. No es difícil imaginar porque "vino el diluvio
y los destruyó a todos" (Lucas 17:27).
Mundo extraño
mundo.
Versión en portugués: Mundo estranho mundo
el apocalipsis y la parusia es inminente, por eso mismo que expone el articulo. un kaos como nunca hubo ni habrá, y la mayoria mal preparados, vendidos, para alegria del demonio.
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