Friday, June 22, 2012

El “matrimonio” gay y la intimidación (bullying) de los medios de comunicación


El “matrimonio” gay y la intimidación (bullying) de los medios de comunicación

Gobierno, medios de comunicación y un pueblo que dice una cosa y hace otra

Julio Severo
Los estadounidenses se están rascando la cabeza, por lo menos las élites de los medios de comunicación. Encuestas tras encuestas de opinión pública en Estados Unidos muestran que el público estadounidense está cada vez más apoyando el  “matrimonio” gay. Pero este apoyo no está apareciendo en los referendos, donde la mayoría de los estados de la nación están demostrando el rechazo a este tipo de matrimonio.
Estados Unidos tiene 50 estados y 32 han votado en contra del “matrimonio” gay. A diferencia de las decisiones de los tribunales, donde un juez o un panel de jueces imponen una decisión arbitraria sobre toda una población, el voto popular expone la voluntad de los ciudadanos.
Lo que intriga a las élites es que cuando los periodistas de las principales cadenas de televisión o institutos de investigación preguntan al pueblo estadounidense ¿Está usted a favor del “matrimonio “gay? La respuesta suele ser “sí”. Pero este “sí” misteriosamente se convierte en un “no” en las urnas.
Cuando el periodista está presente el público parece revelar sólo lo que el periodista quiere oír. Después de todo, los medios de comunicación están cargados de contenidos pro-homosexualismo, y arrojan sin piedad la etiqueta de “homofóbico” al ciudadano que expresa cualquier opinión contraria a la supremacía gay. Los periodistas son expertos en la aplicación de estas etiquetas. Ir en contra de la pregunta del periodista es ganar gratuitamente una etiqueta no deseada. Es sufrir intimidación sin poder escapar. Es pedir para sufrir.
El ciudadano deja para dar su respuesta al periodista — y a las élites — en las urnas.
Pueblo estadounidense muestra en las urnas lo que tiene miedo de mostrar frente a las cámaras
El comportamiento persistente de los votantes estadounidenses ha sido decir una cosa para los periodistas y para las encuestas de opinión pública y hacer algo totalmente diferente en las urnas.
Por lo tanto, los periódicos con un hinchado triunfalismo izquierdista celebran las encuestas que muestran una mayoría de la población americana supuestamente apoyando el “matrimonio” gay, para se deshincharen tan pronto un referendo sobre este tipo de matrimonio muestra el resultado — que casi nunca refleja la voluntad de las élites.
En Brasil, el diputado de la supremacía gay Jean Wyllys ha dicho que está en contra de un referendo sobre “matrimonio” gay porque, en su opinión, el pueblo brasileño no está preparado para tomar tales decisiones.
La sugerencia de él es que el pueblo pase primero por una campaña “educativa” (lavado de cerebro) para que los resultados de los referendos reflejen fielmente los deseos de las élites.
Mientras este lavado de cerebro no ocurre, el riesgo es ver en Brasil lo que vemos en Estados Unidos: un pueblo que apoya el “matrimonio” gay frente a las cámaras (dejando a las élites muy felices) y luego, dar media vuelta en las urnas, dejando a las élites en pánico.
¿Quién no se rascaría la cabeza delante de este cuadro contradictorio?
¿Cuál sería la élite que no entraría en pánico con el comportamiento del pueblo que dice una cosa y hace otra?
No es de extrañar que las élites para resolver el “matrimonio” gay y otras cuestiones morales importantes prefieran la intervención de jueces y sus decisiones tiránicas. Ellos son confiables.
Quien no es confiable es el pueblo.
En una época donde tanto se habla de combatir la intimidación (bullying) la pregunta es: ¿cuándo habrá leyes en contra de la intimidación de los medios de comunicación (y sus amigos los jueces) contra el pueblo, de modo que la gente pueda hablar libremente y sin temor ante las cámaras lo mismo que hablan con claridad en las urnas?
Esta lucha contra la intimidación debería derogar todas las leyes que han sido  establecidas en contra de las personas, incluyendo el derecho a la vida.
La llamada democracia norteamericana ha sido pautada por el irrespeto a la voluntad del pueblo, que nunca fue consultado sobre la trágica ley del aborto, que permite a Estados Unidos desde 1973 la masacre anual de millones de bebés estadounidenses desde el momento de la concepción hasta el momento del nacimiento. Las élites americanas, que lograron imponer su voluntad abortista al pueblo estadounidense, trabajan para extender a todos los pueblos, mediante activismo  mediático, hollywoodiano y judicial, una agenda izquierdista radical nunca soñada por los fundadores de Estados Unidos. Esta agenda incluye la supremacía gay, que ya está siendo promovida como prioridad por el gobierno, medios de comunicación e instituciones de Estados Unidos.
¿Cuándo habrá leyes contra la intimidación (bullying) de los medios de comunicación, del gobierno y de las instituciones estadounidenses que promueven e imponen a las naciones una agenda de aborto y homosexualismo que el pueblo estadounidense nunca aprobó?
Traducido de portugués para español por Maria Valarini.

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