La ofensiva de Brasil contra Israel
Andrés Oppenheimer
Aunque la
mayoría de los países del mundo han denunciado la escalada de violencia en
Gaza, en la mayoría de los casos culpando a ambas partes con diversos niveles
de condena hacia una u otra, Brasil se ha singularizado por avalar sin matices
la narrativa del grupo terrorista Hamas, y por haber superado incluso a países
como Egipto y Jordania en sus acciones contra Israel.
En un
comunicado del 23 de julio, el gobierno de la presidenta brasileña Dilma
Rousseff declaró que “condenamos enérgicamente el uso desproporcionado de la
fuerza por Israel en la franja de Gaza, que ha resultado en un elevado número
de víctimas civiles”, sin mencionar los ataques de Hamas contra Israel.
Agregaba
que Brasil había decidido convocar a su embajador en Israel para que regresara
a Brasilia para consultas, algo que ni siquiera países árabes como Egipto y
Jordania han hecho en momentos de escribirse estas líneas.
El
comunicado alineó a Brasil con Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y otros países
que automáticamente se alinean con las dictaduras militares y los violadores de
derechos humanos en todo el mundo. Según la prensa brasileña, Brasil ahora
busca una condena a Israel en la reunión del Mercosur, a realizarse en
Venezuela el próximo 29 de julio.
Otros
países, incluyendo a Argentina, que normalmente sigue la política exterior de
Brasil, condenan el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel, pero
al mismo tiempo condenan a Hamas por sus sistemáticos ataques con cohetes
contra blancos civiles israelíes.
Estados
Unidos y los 28 miembros de la Unión Europea —que consideran a Hamas un grupo
terrorista— van más allá, y condenan explícitamente a Hamas por el uso de
civiles como escudos humanos.
La Agencia
de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), anunció el 17 de
julio que había descubierto 20 cohetes de Hamas ocultos en una escuela de la
ONU en Gaza. Pocos días más tarde, UNRWA informó un nuevo hallazgo similar en
otra escuela de la ONU y condenó esta “flagrante violación de la inviolabilidad
de estas instalaciones”.
Tras la
condena unilateral de Brasil a Israel, este país respondió que la conducta de
Brasil “ilustra la razón por la cual ese gigante económico y cultural sigue
siendo políticamente irrelevante” en la escena mundial. Funcionarios israelíes
dijeron que la durísima reacción de Israel fue por la decisión brasileña de
retirar a su embajador.
En
comparación, Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea empezaron sus
declaraciones acentuando el derecho de Israel a defenderse.
El Consejo
de la Unión Europea emitió una declaración el 22 de julio afirmando que “la
Unión Europea condena enérgicamente los indiscriminados lanzamientos de cohetes
de Hamas contra Israel”, y el uso de “escudos humanos” por parte del grupo
terrorista.
El
comunicado agrega que “aunque la Unión Europea reconoce el legítimo derecho de
Israel de defenderse contra cualquier ataque, subraya que las operaciones
militares israelíes deben ser proporcionadas y adaptadas a las leyes
humanitarias internacionales”.
La decisión
de Brasil de retirar a su embajador de Israel podría deberse a razones
políticas internas, o para cortejar a países árabes y africanos en su campaña
para lograr una banca permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
José Miguel
Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, dice
que Brasil ha mejorado significativamente sus votos en el Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas bajo el gobierno de Rousseff, pero que esa
mejora no se nota en las posturas de Brasil en otros foros o declaraciones
diplomáticas. En Latinoamérica, por ejemplo, Brasil ha permanecido en silencio
sobre las violaciones de los derechos humanos en Venezuela y Cuba.
“Brasil
está haciendo lo correcto al protestar contra Israel por su desproporcionado
uso de la fuerza, que ha generado un gran número de víctimas civiles, pero al
mismo tiempo no debería dejar de condenar a Hamas por sus ataques con cohetes,
indiscriminados y constantes, contra la población civil de Israel”, dice
Vivanco.
Mi opinión:
Israel puede ser acusado por no tomar más precauciones para evitar muertes
civiles, y el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu también puede ser
acusado por no hacer lo suficiente para acelerar la muy necesaria creación de
un estado palestino, pero no se puede culpar a Israel por defenderse de una
lluvia constante de cohetes.
No se le
puede pedir a ningún país del mundo que se quede sentado mientras un grupo
terrorista dispara miles de cohetes contra sus grandes ciudades, usando
escuelas y hospitales como escudos. Mucho menos cuando la propia constitución
de Hamas exige la exterminación de Israel.
Si Brasil
quiere ser tomado en serio como una democracia moderna y un actor responsable
en el escenario mundial, tiene que empezar a comportarse como tal, y ser más
balanceado.
Fuente: El
Nuevo Herald
Divulgaccion: www.julioseveroenespanol.blogspot.com
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