Pesadilla brasilera: Copa del Mundo, palmada y aborto
Julio Severo
Para los
extranjeros que vienen a Brasil para asistir a la Copa del Mundo, ese mega
evento futbolístico significa a menudo “turismo sexual”. Pero para los
brasileros, es la vieja táctica romana de apaciguamiento del “pan y circo”. Dé
fútbol a los brasileros y se olvidan de sus angustias sociales y morales — por
lo menos por un tiempo.
La
principal razón por la cual el gobierno, bajo la presidenta socialista Dilma
Rousseff, está favoreciendo la Copa del Mundo es para que los brasileros no
presten atención a las consecuencias de sus nefastas políticas y sufrimientos
planificados.
Recientemente,
con el país bajo el hechizo de la Copa del Mundo, los hospitales habían sido
puestos bajo una orden para facilitar abortos. En virtud de una nueva ley de
aborto aprobada inmediatamente después de la visita del Papa el año pasado, las
mujeres podían requerir un aborto médico simplemente alegando que fueron violadas
— sin necesidad de evidencia médica o policiva.
La orden
fue revocada por la fuerte presión de grupos católicos y del Frente
Parlamentario Evangélico.
Sin
embargo, otro sufrimiento planificado no tuvo tal atención. Durante más de una
década, los socialistas de Brasil han estado trabajando arduamente para
prohibir a los padres dar nalgadas o palmadas en los niños.
Hace un par
de días sus recientes esfuerzos han salido victoriosos en la Cámara de
Diputados y en el Senado.
La
estrategia de aprobación en el Congreso de Brasil fue protagonizar un vergonzoso
llamado, comparando las palmadas y nalgadas de los padres a sus hijos con el
asesinato de niños. Esto es interesante, ya que el gobierno de Brasil y los
políticos socialistas apoyan la matanza de niños — a través del aborto legal.
¡Pero si usted dice que el aborto es un asesinato dirán que usted está echando
mano de un “vergonzoso llamado”!
Asesinato
es asesinato. Aborto es asesinato de niños, pero los socialistas rechazan tal
comparación. Nalgadas o palmadas de los padres no es asesinato, pero los socialistas
no cesan de hacer tal comparación.
María del
Rosario, la principal activista anti palmada y anti nalgada, había sido
ministra de “Derechos Humanos” del gobierno de Dilma. Pero ella se mantuvo en
el cargo solo hasta su extravagante actitud del año pasado, afirmando que el “asesinato”
de un joven homosexual fue un crimen “homofóbico”. Ella inflamó de tal manera
el caso hasta lograr convertirlo en un escándalo nacional, exigiendo leyes más
duras contra personas “homofóbicas”, presionando las agencias de policía para
dar prioridad a los crímenes contra los homosexuales, etc. Ella renunció
después que se descubrió que el joven homosexual no había sido asesinado. Él se
había suicidado después de que su amante lo rechazó.
Sin
embargo, el argumento en contra de las nalgadas y palmadas de los padres salió
victorioso. Rosario y otros socialistas dijeron que el asesinato de niños es
incitado por la palmada y nalgada de los padres, y los medios de comunicación
repitieron este “mantra” para todos los brasileros. La victoria llegó después
que un niño fuera asesinado por su padre y su madrastra, y el coro socialista
retomó: “Nalgadas y palmadas de los padres equivale a asesinato”.
Las
audiencias en el Congreso de Brasil tuvieran otras llamadas escandalosas. Xuxa —
una presentadora de televisión, actriz, cantante y empresaria — había sido
invitada a apoyar la ley anti palmada y anti nalgada. ¿Qué tiene Xuxa para
enseñar a los padres? Por cierto, ¿por qué está ella tan comprometida con una
ley que pretende eliminar los derechos de los padres y invalidar sus decisiones
acerca de sus hijos?
Xuxa no
cuenta con ningún ejemplo aceptable de madre. Por elección ella nunca se ha
casado, aunque fue amante de varios hombres. Ella solo tuvo una hija y para
este embarazo, ella eligió a un hombre con ese único propósito. Nada más. Por
su elección su hija fue criada sin padre.
En 1982, a
los 19 años, Xuxa participó de la película “Amor extraño amor”. Su papel era
seducir a un chico de 12 años. La escena mostró erotismo y pedofilia: una joven
mujer desnuda con un niño desnudo en la cama.
Xuxa nunca
estuvo en la cárcel por su escena de pedofilia. En cambio, en la década de
1980, su foto — desnuda — fue la portada de la revista Playboy.
Los padres
que matan a sus hijos deben ser castigados. Las personas que fomentan la
pedofilia a través de películas deben ser castigadas. Los padres que castigan
físicamente a sus hijos con una vara, nalgadas o palmadas no deben ser tratados
como criminales, sobre todo bajo el mal ejemplo de una mujer sin guía moral y
ejemplo de madre.
La tragedia
es que Brasil ha firmado la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño en
1990, por la cual no existe castigo legal para los delincuentes menores de 18
años. Los menores pueden golpear y matar a sus padres, y no habrá cárcel ni
ninguna sentencia en contra, solo rehabilitación especial. Los agentes de
policía tienen prohibido tratar como delincuentes los menores que violan,
asaltan y matan.
Hace unos
días, un brasileño que ahora es pastor de las Asambleas de Dios, me comentó que
el fuera una autoridad municipal encargada de supervisar a los menores de edad
problemáticos en Brasil. Decía que era una pesadilla porque ellos lidiaban con
jóvenes de quince, dieciséis y diecisiete años que violaban y mataban, pero que
legalmente no podían ser castigados. La rehabilitación brindada por el gobierno
era y es un fracaso. El pastor me dijo que menos del cuatro por ciento logran
alguna mejoría. Hoy él vive en Estados Unidos, donde me dijo que ha sido
testigo de criminales tratados como criminales sin importar la edad.
Yo también
prefiero el sistema americano, porque donde el conservadurismo es predominante,
es menos bárbaro que el sistema legal de Brasil. Otro amigo mío, pastor
presbiteriano en Texas, me dijo que en una ocasión cuando él iba pegarle a su
hijo el niño dijo: “Si me pegas te denuncio a la policía”. En Brasil, eso es
suficiente para amedrentar a un padre. Pero sabiamente, el propio padre llamó
telefónicamente y llegó la policía. Después de escuchar al niño y a su padre,
el policía solamente instruyó al padre sobre las mejores maneras de utilizar
una chancleta o correa para castigar al niño. Huelga decir que el chico nunca
más quiso involucrar a la policía.
¡¡Gracias a
Dios eso fue en Texas, no en Brasil! ¡Texas, que es más conservador que otros
estados más liberales donde los padres también se enfrentan a muchos riesgos,
es sin duda un lugar que yo escogería para vivir si ellos piensan continuar con
una vida social libre de las locuras de la ONU!
Por el
contrario, el Frente Parlamentario Evangélico (FPE) que es una de las fuerzas
pro-vida en el Congreso, hizo un repulsivo acuerdo con el gobierno y sus
simpatizantes socialistas para aprobar la ley anti palmada o anti nalgada.
Muchos miembros del FPE son socialistas también. La Iglesia Católica en Brasil
que durante muchos años apoyó las medidas socialistas en el país, no se opuso a
los esfuerzos del gobierno para eliminar los derechos de los padres en el tema
de las nalgadas o palmadas.
Esta es la
pesadilla brasilera: niños y adolescentes que asaltan, violan y matan no pueden
por ley recibir castigo.
Esta es la
pesadilla brasilera: padres que físicamente disciplinan con una vara o palmada
o nalgada, para tratar de evitar que sus niños y adolescentes se conviertan en
delincuentes que asalten, violen y maten serán legalmente castigados, y serán
tratados como criminales y asesinos de niños, mientras que los verdaderos
asesinos de niños (abortistas) no podrán por ley recibir castigo.
No existe ninguna epidemia de niños asesinados por sus
padres en Brasil. Pero sí hay una epidemia de niños y adolescentes violando,
asaltando y asesinando. Como siempre, ninguna punición.
Los psicópatas socialistas y sus leyes en Brasil,
esencialmente dicen: “No le pegue a sus hijos para impedir que se conviertan en
delincuentes. ¡Abórtalos! Le permitimos abortar, pero no que los disciplinen,
¿ok ?”
Trate de
dar a sus hijos educación en el hogar en Brasil, y el gobierno vendrá tras suyo
de manera feroz. Pégueles, y no habrá perdón estatal. Pero facilite sus caminos
delictivos y usted no será molestado.
Visite São
Paulo u otra gran ciudad de Brasil y verá un triste cuadro: niñas o niños de
ocho años de edad pidiendo limosna en las calles, día y noche, mientras que el
gobierno está demasiado ocupado dándole caza a los padres que aplican palmadas
y nalgadas a sus hijos.
La Copa del
Mundo ayuda a los brasileros a olvidarse momentáneamente de su pesadilla
social.
Versión en inglés de este artículo: Brazilian
Nightmare: World Cup, Spanking and Abortion
Versión en portugués: Pesadelo
brasileiro: Copa do Mundo, palmada e aborto
Traducido de portugués para español por Maria Valarini.
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