Juegos de aborto entre Brasil y ONU
Julio Severo
En la semana pasada el gobierno de Dilma Rousseff fue presionado por el CEDAW (Comité para la Eliminación de la Discriminación en contra de las Mujeres) sobre un número reportado de 200,000 muertes de mujeres por año debido al aborto ilegal en Brasil. Las representantes de Brasil no mostraron ninguna disposición de cuestionar ese número patentemente inflado.
Datos oficiales del gobierno brasilero demuestran que 146 mujeres cuyo embarazo terminó en aborto murieron en 1996. En 2004, 156 mujeres murieron.
¿Dónde fue que el CEDAW logró la extraña estadística de 200,000 muertes? De las feministas ONG brasileras financiadas por instituciones americanas pro aborto como las Fundaciones MacArthur, Rockefeller y Ford, que generalmente patrocinan el entrenamiento pro aborto de líderes feministas del Brasil, de modo que ellas no estén en desacierto con las feministas americanas en maniobras de lenguaje, estadísticas y acciones políticas y legales.
Después de dicho entrenamiento ellas están listas para avanzar y ocupar posiciones gubernamentales y no gubernamentales, y muchas de ellas están hoy en el sistema de la ONU repitiendo delirios ideológicos del Primer Mundo con una voz “brasileña”.
El CEDAW cobró el servicio prestado a las representantes brasileñas acerca de esta elevada estadística preguntándoles: “¿Qué harán ustedes con este gran problema político que tienen?” El CEDAW también dejó en claro que cree que la criminalización del aborto está ligada a la alta tasa de muertes anuales.
Esta ha sido una “presión” excelente y oportuna, pues el gobierno brasileño tiene toda la disposición del mundo, ideológica y otras, para resolver “ese gran problema político”. Dilma Rousseff, “ex-miembro de una organización comunista terrorista que luchaba para tumbar el gobierno del Brasil en las décadas de 1960 y 1970, tiene un currículo de apoyo a la descriminalización del aborto antes de su carrera presidencial”.
Con todo, ella se vio forzada a firmar un documento de compromiso de no presentar legislación sobre aborto y homosexualidad durante su mandato presidencial para elevar sus números cada vez más bajos en las encuestas electorales, después que los cristianos comenzaron a alertar a la población sobre su currículo.
Por causa de ese documento de compromiso ella ha tenido algunas dificultades para resolver “ese gran problema político”. Sin embargo, eso no la impidió de nombrar a Eleonora Menicucci como ministra de las mujeres. Menicucci, que lideró la delegación del Brasil para “enfrentar” al CEDAW, es amiga de Rousseff y estuvo encarcelada con ella en la década de 1970, cuando ambas fueron detenidas por terrorismo.
Menicucci era miembro de un grupo feminista y ha sido entrenada en Colombia para realizar abortos. Aunque el aborto sea ilegal en Brasil (excepto en caso de violación y riesgo de vida para la madre), ella se jactó de que tuvo dos abortos intencionales.
No ha sido un desagrado para ella encontrarse con sus amigas feministas del CEDAW, que dejó en claro que el CEDAW “no puede defender o aborto”. A pesar de eso, Magaly Arocha, del CEDAW dijo a la delegación brasileña: “Las mujeres abortarán. Esta es la realidad”.
El documento oficial de la ONU dijo: “Los abortos inseguros en Brasil son un tema de gran preocupación para este Comité [para la Eliminación de la Discriminación en contra de las Mujeres], que ya recomendó que Brasil descriminalice el aborto”.
Para tranquilizar a sus camaradas abortistas en la ONU el informe de Menicucci explicó el intento del gobierno de aplastar un proyecto de ley que defiende la vida denominado Estatuto del Prenatal, que prohibiría el asesinato de niños en gestación en toda circunstancia.
El CEDAW también se quejó con la delegación brasileña diciendo que “se puede ver prácticas discriminatorias… de matrimonio en la legislación y pidió una explicación”. Mas la respuesta brasileira oficial aseguró que o gobierno viene adoptando medidas para eliminar las “desigualdades”: “Importantes realizaciones están siendo ejecutadas por medios judiciales, principalmente el Supremo Tribunal Federal, que permitió que parejas del mismo sexo registraran su unión homosexual civil”.
¡Vaya! ¡La prioridad del CEDAW como agencia de la ONU para “ayudar” a las mujeres es acelerar el “matrimonio” homosexual y el aborto! No es de admirar que el mismo CEDAW que está acelerando una radical ideología feminista sea un brutal enemigo del Día de las Madres. El CEDAW aborrece todo trazo original de características femeninas. El CEDAW quiere a las mujeres en el 50% de todas las ocupaciones masculinas, incluyendo las fuerzas armadas. El CEDAW aborrece las mujeres en roles femeninos.
El CEDAW se quejó de que Brasil tiene un número pequeño de mujeres en el Congreso Nacional. El ideal de la ONU, obviamente, seria del 50%; pero, puede estar seguro de que la ONU no estaría contenta si tales mujeres fueran como la Madre Teresa de Calcuta. La mujer ideal para la ONU es como Eleonora Menicucci con un currículo de abortos, entrenamiento para realizar abortos, terrorismo comunista y una vida sexual promiscua. Con tales mujeres, el Congreso Nacional y Dilma nunca más tendrían problema algún para acelerar el feminismo, el aborto, el homosexualismo y otras ideologías aprobadas por la ONU.
El CEDAW igualmente alabó mucho la Ley Maria da Penha, una ley en contra de la violencia doméstica. Un mínimo acto violento de un esposo o pareja puede acarrear duras penalidades en contra de ellos. Con todo, en actos violentos entre mujeres y niños en gestación, no existe ninguna Maria da Penha para proteger los niños de violencia y asesinato, por leyes que han sido suavizadas y transformadas en derecho. Si los hombres adoptasen semejante locura ellos podrían recibir de la ONU el “derecho” de matar mujeres. Y con tal locura en proceso la preocupación prioritaria de la ONU seria el asesinato de mujeres como “derecho”.
¡La realidad es que la preocupación prioritaria del CEDAW con la delegación brasileña ha sido cómo descriminalizar el asesinato de bebés en gestación por medio del aborto!
Había un interesante juego entre Brasil e la ONU. Menicucci y el CEDAW querían defender el aborto abiertamente, pero ambos recurrieron a un lenguaje embustero para expresar sus sentimientos ideológicos.
El informe brasileño para el CEDAW se lamentó: “El alejamiento de posiciones conservadoras en relación al papel de hombres y mujeres en nuestra sociedad está ocurriendo más lentamente de como lo deseáramos”.
Las opiniones conservadoras de la mayoría de los brasileños, principalmente mujeres, están impidiendo Dilma y Menicucci de ser libres para imponer sus opiniones personales e ideológicas en todas las mujeres brasileñas y otros brasileños.
De forma semejante las opiniones conservadoras de la mayoría de las mujeres y naciones están impidiendo a la ONU de ser libre para imponer sus opiniones personales e ideológicas en el resto del mundo.
Pero aun así, con juego de palabras y lenguaje embustero sobre “derechos”, ellos esperan lograr lo que con honestidad y correctos números jamás podrían alcanzar.
Una versión de este artículo también de la autoría de Julio Severo, ha sido publicada por LifeSiteNews para el público internacional.
Versión en inglés: Abortion games between Brazil and UN
Versión en portugués: Jogos de aborto entre Brasil e ONU
Traducido de portugués para español por Maria Valarini.
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